En la Huasteca se encuentran miles de tradiciones, de historias, de pensamientos y de lugares, que realzan las maravillas de cada estado que la conforman, entre ellas, el Son Huasteco.
Mejor conocido como Huapango, es un género musical que surge en la región o llanura que se extiende por San Luis Potosí, Tamaulipas, Veracruz, Puebla e Hidalgo.
En 2014 el Congreso del estado de Hidalgo nombró a este género musical como Patrimonio Cultural Inmaterial, un logro que enaltece las tradiciones y cultura de los habitantes.
La Huasteca hidalguense está conformada por los municipios de Atlapexco, Huautla, Huazalingo, Huejutla de Reyes, Jaltocán, San Felipe Orizatlán, Xochiatipan, Yahualica y Tlanchinol.
De este maravilloso género musical, sus ritmos parten de los cantos flamencos, fandangos y boleros que trajo consigo la conquista de México.
La fusión de esta tradición española, con la ejecución de la melodía náhuatl, creó este maravilloso género.
Se utilizan instrumentos tradicionales como la vihuela, la guitarra a cuatro ordenes, la guitarra barroca de cinco ordenes, la arpa, el pífano, el violín, y la jarana.
Su melodía parte de versos melodiosos que buscan generar la sensación de una fiesta viva y alegre; esto aunado al ritmo a tres tiempos de la jarana, y los arreglos rápidos del fraseo del violín, hacen que este género se vuelva una delicia auditiva.
Como muchas palabras antiguas, la palabra “huapango” ofrece tres distintos significados: el primero proviene del náhuatl “cuauhpanco” que significa sobre el tablado o sobre la tarima, una interpretación que cobra sentido si tenemos en cuenta que los bailes del mismo ocurren sobre una tarima de madera.
La segunda interpretación alude a los pobladores del Pango, la región del Río Pánuco, el gran caudal limítrofe entre los estados de Veracruz y Tamaulipas.
Su tercer connotación deriva de la palabra “fandango”, el canto flamenco ligado al origen de huapango y que actualmente designa las fiestas donde se toca.
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