Mercados de Pachuca dan segundo uso a tripas de pollo

Aunque para muchos podrían parecer desechos, los intestinos del pollo aún tienen valor entre los pasillos del mercado Primero de Mayo en Pachuca, donde diariamente se reutilizan como alimento para animales o incluso para preparar comida.

Locatarios del lugar aseguran que las tripas de pollo, parte de las vísceras, son regaladas con frecuencia a personas que las utilizan para alimentar puercos, perros y gatos, algunas otras las ocupan en preparaciones de fritanga, después de lavarlas cuidadosamente.

Se le regala a la señora que viene, hay veces que lo ocupa para sus perros, para puercos… salen más o menos 60 u 80 piezas de tripa por díaLiliana Flores Lazcano

Añadió que es importante distinguir entre vísceras y menudencia, las primeras se refieren a las tripas, la menudencia incluye hígado, molleja y patas, partes que sí tienen un valor comercial; actualmente, el kilo de hígado de pollo se vende entre 15 y 20 pesos, la molleja entre 45 y 55 pesos, y el paquete que incluye ambas, está aproximadamente en 45 pesos por kilo.

Por su parte, Carlos Hernández, otro comerciante, comentó que las tripas no pueden permanecer mucho tiempo en los puestos debido a las normas de salubridad, por lo que deben limpiarse y retirarse rápidamente: “Cuando las personas las quieren, se las regalamos, si no, se tiran, porque no pueden quedarse todo el día; se apestan”, contó.

Doña Ernestina, vendedora de larga trayectoria, detalló que la vigilancia sanitaria es constante y que procuran mantener la limpieza y el manejo adecuado de estos subproductos: “Junto las tripas en una bolsa limpia, las meto en un bote y las entrego a la señora que sabemos que viene por ellas”, externó.

Jesús Hernández agregó que en su caso, entrega entre 15 y 20 piezas diarias, mientras que Eugenia Hernández calcula entre 30 y 50, todas con destino a animales de engorda; además, señaló que los restos como pellejos, grasa, picos y otras partes del huacal, se venden a ocho pesos el kilo como alimento para gatos.

No obstante, no todos los restos tienen un segundo uso, Laura, otra de las vendedoras, comentó que aunque a veces las regalan, muchas vísceras terminan en la basura por falta de demanda o tiempo para almacenarlas correctamente.

Entre el bullicio y los aromas propios del mercado, las tripas de pollo son parte de una cadena de aprovechamiento que, aunque invisible para muchos, forma parte del día a día en estos espacios tradicionales de la Bella Airosa.

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