Lorena Flores Lara junto a sus familiares exigieron justicia luego de una negligencia médica en el ISSSTE de Pachuca, Hidalgo, donde durante una cirugía le dejaron una gasa que ha puesto en riesgo su vida y requiere ya de una tercera operación.
De acuerdo con la víctima, desde marzo del año pasado comenzó a tener complicaciones en su salud por lo que decidió acudir a consulta al ISSSTE y debido a su condición tuvo que ser internada durante tres días.
Luego de ese primer ingreso y del aparente control de las hemorragias que sufría, fue dada de alta, sin embargo, tuvo que acudir nuevamente debido a que continuaba con los sangrados severos y que los doctores calificaron como “moderados”.
“Para mí, era exagerado ya que caminaba y literalmente dejaba charcos de sangre, además de que presentaba, anemia e incluso me desmayaba.” Con estos síntomas le fue dada la primera fecha para cirugía el 14 de octubre, sin embargo, esta no se realizó debido a que le indicaron que padecía un desorden hormonal por hipertiroidismo.
Indicó que decidió acudir con un médico especialista particular, quien le aseguró que no presentaba ninguna alteración y por lo tanto podían programar la cirugía sin ningún problema. Con esos estudios, dijo, le dieron fecha para 8 de noviembre y al encontrarse a dos horas de la cirugía decidieron suspender ya que aseguraron que la anestesióloga se había negado a realizarle el procedimiento al aseverar que podía colapsar.
“Lo único que me dijeron es que mis estudios no habían salido bien y que por eso tenían que suspender la cirugía”. Tras ello decidió buscar al cirujano Mario Alberto Pérez Cervantes para reclamar por su situación, pero la respuesta fue que con 70 mil pesos le podía realizar en ese momento la operación.
Al denunciar esta situación en la Coordinación de Cirugía Obstétrica, finalmente le indicaron que la cirugía sería para el 20 de diciembre, una vez realizada fue dada de alta el 22. Sin embargo, desde ese día, dijo, no ha podido estar bien ya que inicialmente tuvo infección en los puntos y el día que acudió a retirarlos, la cicatriz se abrió, por lo que tuvo que ser internada nuevamente y se le realizó un nuevo procedimiento quirúrgico el 3 de enero.
Para el día 19 de enero las complicaciones en su estado de salud se agravaron, por lo cual decidió acudir a consulta donde fue internada y por la noche, al acudir al baño, arrojó una gasa.
Derivado de ello dijo que decidió salirse y buscar atención médica particular, además de comenzar a hacer sus denuncias las cuales no ha podido ejecutar debido a que los médicos se niegan a certificar la mala práctica. En la Comisión de Arbitraje Médico le señalaron que no podían hacer nada por ella.
Debido a las complicaciones, mañana tendrá que ingresar nuevamente a una operación, por lo que dijo teme por su integridad ya que los médicos particulares le han señalado que su vida se encuentra en riesgo, por lo que pidió que se le cambie al cuerpo médico que la ha atendido, además de responsabilizar al ISSSTE de lo que pudiera ocurrirle durante la operación.
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