El gremio de los bares y cantinas en Pachuca y su zona conurbada fue uno de los que resultó más afectado por la pandemia de covid-19 por el cierre que debieron realizar por el confinamiento y, desde hace dos años, aproximadamente, negocios de este giro se han creado de forma clandestina.
Así lo indicó Francisco Zavala, presidente de la Asociación de Bares y Cantinas de Pachuca, quien señaló que, pese a que algunos de estos negocios fueron desmantelados, otros más continúan dando servicio a la sombra de las autoridades, lo cual les afecta.
“Hay muchos establecimientos que no tienen papeles, no tienen en orden ni sus licencias y en este gremio se debe trabajar de la mano con las autoridades que sí estamos legalmente establecidos.
Se realizan en autolavados, talleres mecánicos que hasta ya tienen sus barras de servicios instaladas, pero no pagan impuestos y pues venden la copa hasta en 20 pesos, pero es porque no tienen el peso de pagar impuestos y todo lo requerido que los bares formales sí hacemos, por lo que eso nos perjudica, nos truenan”, indicó.
Reiteró que desde la emergencia sanitaria se multiplicó este tipo de negocios y provoca, además de una competencia desleal, el que las personas conozcan la importancia que tienen estos establecimientos y su historia dentro de la historia de la Bella Airosa.
“Los bares clandestinos son un tema que tenemos desde hace mucho tiempo y se acrecentó mucho y nos afectó, por lo que hizo que proliferaran muchos lugares clandestinos y hoy en día, hay algunos por ahí.
Todos los que trabajamos en orden somos puntuales en los establecimientos y realizamos el programa de Cantineando ando, con el que visitamos lugares de tradición y cumplen con todos los requisitos, tanto con la presidencia municipal, así como con la Secretaria de Salud en el tema de la bioseguridad”, refirió.
Explicó que se encuentran satisfechos con este proyecto ya que, a través de este año en el que ha trabajado con él, las personas conozcan la historia de las cantinas, su presencia en la capital del estado, ligado a que hay espacio y proyectos que le dan vida a la ciudad por la noche.
“Muchas de las cantinas tienen más de cien años de haber sido fundadas y algunas tienen cantineros de tercera o cuarta generación, por lo que hablamos de un sector muy familiar y el bisabuelo fue el que inició, pero ahora los nietos están comprometidos y estamos convencidos que esto apoya al turismo.
Cuando uno busca turismo anda buscando un lugar dónde refrescarse y conocer un poco de la historia que se visita y las cantinas son lugares pequeños por lo que el trato es más directo con el cliente”, manifestó.
Explicó que, actualmente los turibuces que ocupan para los recorridos les están dando mantenimiento, por lo que esperan que, en Semana Santa regresen los recorridos para que más visitantes y turistas vivan la experiencia de conocer la ciudad, pero, sobre todo, echarse una bebida refrescante acompañada de la gastronomía que se ofrece en la ciudad.
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